En este artículo tendrás una recopilación sobre los aspectos fundamentales a tener cuenta para escoger el dispositivo NAS que mejor se adapte a tus necesidades.
¿Para qué sirve un NAS?
NAS es la abreviación de “Network Attached Storage”, cuya traducción al español es “Almacenamiento conectado en red”. NAS es la evolución de DAS “Direct Attached Storage” o “Almacenamiento de Conexión Directa”, cuyo sistema salvaba la información en un solo ordenador.
NAS, en cambio, es un dispositivo que tiene como objetivo permitir el almacenamiento de archivos en una red, los cuales pueden compartirse entre los integrantes de la misma. Un dispositivo NAS te permitirá mantener los datos a salvo en un nodo central con copias de respaldo físicas y en la nube, siendo esta la principal ventaja respecto a su antecesor DAS.
Los dispositivos NAS poseen un mecanismo eficiente para almacenar y compartir información en una red. Debido a que en el mercado existen decenas de modelos diferentes, necesitarás saber cuál tienes que escoger según tus requerimientos personales.
¿Qué es un NAS?
Básicamente es un servidor compatible con los protocolos DLNA (“Digital Living Network Alliance” o “Alianza de Red Digital en Directo”) y UPnP (“Universal Plug and Play”), para compartir archivos multimedia en red. Esta transmisión de datos puede realizarse en tiempo real mediante el formato de streaming a cualquier clase de dispositivo que esté conectado al servidor.
Los servidores NAS también son compatibles con los protocolos FTP (“File Transfer Protocol” o “Protocolo de Transferencia de Archivos”). En consecuencia, los usuarios también tienen la posibilidad de configurar el servidor para realizar funciones vinculadas al correo electrónico, impresión y navegación web.
Su gran abanico de funcionalidades generó que en el mercado existan decenas de fabricantes de estos servidores, teniendo cada modelo sus características particulares. Es importante que tengas algunos conocimientos básicos sobre NAS, para que no desembolses dinero extra comprando un servidor que exceda los requerimientos que necesitas. Igualmente importante es evitar escoger un dispositivo NAS que no cubra las necesidades mínimas de tu servidor.
Principales características de un NAS
Los aspectos más importantes a considerar son los siguientes: capacidad de almacenamiento, conectividad de red, medición de rendimiento, backup y recuperación, acceso remoto y servicios en la nube, seguridad y protección y cuántas personas accederán al servidor
La capacidad de almacenamiento de un servidor NAS es un aspecto fundamental, ya que el objetivo principal de estos dispositivos es brindar almacenamiento de datos y compartirlos en una red. En las redes domésticas con algunos Terabytes será más que suficiente, escalando hasta los Petabytes cuando se trata de necesidades empresariales.
Un detalle interesante es que la capacidad de almacenamiento puede ser extendida conectando memorias externas en los puertos USB.
El RAID (unidad de medición para la redundancia de datos) es un aspecto importante. El mismo te indicará cuantos discos rígidos de respaldo tendrás que comprar por determinada cantidad de memoria que deseas expandir.
Luego de definir la capacidad de rendimiento es momento de analizar la conectividad de red. Los servidores NAS para uso doméstico incluyen conectividad mediante cable de red Gigabit Ethernet. Las versiones modernas incluyen conectividad inalámbrica, las cuales son más portátiles pero pueden experimentar ciertas demoras en la transferencia de datos en comparación a los clásicos cables de red.
Otro aspecto a analizar de un servidor NAS es su rendimiento. Estos dispositivos tienen incorporado procesador y memoria RAM al igual que los ordenadores. Cuanto mayor sean estos valores mejor será su rendimiento, al igual que su precio. Es importante encontrar la combinación justa de estos elementos.
El backup y recuperación son dos cuestiones a tener en cuenta, ya que es clave poder recuperar la totalidad de la información de un servidor NAS es caso de fallas en el funcionamiento del disco rígido. Aquí es donde tendrás que escoger el indicador de redundancia adecuado para ti, el cual se mide en RAID.
Los dispositivos NAS de última generación realizan las copias de respaldo de datos en la nube, siendo una alternativa segura ya que la información se almacena en dos lugares diferentes.
El acceso remoto y servicios en la nube son funciones necesarias para reemplazar el clásico acceso local. Esta característica es indispensable para poder compartir información con otros usuarios, sin necesidad de que estén físicamente presentes en el lugar del servidor NAS.
El acceso remoto es una ventaja sustancial, ya que podrás manipular la información sin importar el lugar donde te encuentres.
El nivel de seguridad y protección es crucial al momento de escoger un servidor NAS. Es preferible optar por los dispositivos que incluyan cifrado de datos y protección de acceso mediante usuario y contraseña.
Existen servidores NAS que incluyen soportes para ser amarrados en una pared o en un escritorio, con el objetivo de no ser robados tan fácilmente.
El último elemento que debes considerar es la capacidad máxima de personas admitidas en la red doméstica. Los servidores se dividen en capacidades de 0 a 5, 6 a 25 y 26 usuarios o más dependiendo de las necesidades del usuario. Esta cantidad está vinculada directamente con el procesador, memoria RAM y capacidad del disco rígido necesaria para tal fin.
¿Cómo escoger un NAS?
Lo primero que tienes que hacer es identificar el propósito principal que motivó la creación del servidor. Los objetivos que impulsan el armado de una red de estas características se dividen en tres grandes grupos: máquinas virtuales y software, vigilancia y distribución de archivos multimedia.
En el caso de las máquinas virtuales y software, se recomienda adquirir un servidor NAS con un procesador de cuatro núcleos y 4 GB de memoria RAM. También tendrás que escoger una buena capacidad de disco rígido con un entorno RAID 5 o 6 para optimizar el espacio de almacenamiento.
Si creaste un servidor NAS con el objetivo de vigilancia, tendrás que escoger un CPU con capacidad de manipular archivos multimedia y almacenarlos en memoria en tiempo real. Con un procesador de cuatro núcleos y 2 GB de RAM será más que suficiente. En este caso necesitarás un RAID 1 que duplique la información almacenada, ya que en caso de acceder al contenido necesitarás visualizarlo en su totalidad.
Por último, si tu objetivo es compartir el uso de archivos multimedia con otros usuarios, lo ideal para ti es un procesador de cuatro núcleos con 8 GB de memoria RAM. En lo que respecta a nivel de redundancia RAID, es una decisión muy personal de usuario dependiendo de la importancia de los archivos almacenados en el servidor.
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