Para potenciar el buen ambiente o “buen rollo” en el ámbito laboral desde la Gestión de Equipos, es necesario entender como las emociones entre personas funcionan como un espejo, es decir, reflejan lo que transmitimos y pueden devolver lo que queramos ver.
El “feeling”, el estado emocional que nosotros mismos tenemos y mostramos será el que recoja e imite nuestro equipo, de manera que hay que comenzar siempre trabajando desde la automotivación. En este sentido no se trata de simular una actitud, sino de recrearla desde dentro para vivirla y transmitirla a tu entorno y colaboradores.
Uno no puede ser mejor líder que persona
Para recrear este estado emocional, para afinarse a diario y transmitir una energía activa y estimulante podemos ofrecer algunas claves. Cada persona es muy consciente de aquellas pequeñas o grandes cosas que pueden estimular su propia energía positiva para llegar todas las mañanas al trabajo con la actitud apropiada, esa que nos gusta recibir de los demás y que creará la armonía perseguida. No debemos olvidar que se trata de mejorar un entorno en el que pasamos, como mínimo, un tercio de nuestro día lo cual repercute directamente en nuestra salud, rendimiento y, finalmente, felicidad.
La música que escuchamos cada mañana, el deporte que realizamos, el paseo con nuestra mascota, la actitud que tenemos con personas y situaciones que nos encontramos antes de llegar al trabajo, etc., van a ser la clave determinante para poder emprender la jornada con esa energía o “feeling” interesante para nuestro entorno profesional. Y es que un pequeño esfuerzo para arrancar el motor de la emoción es suficiente para comenzar el día de forma brillante. Muchas veces es en la relación con los demás donde encontramos esa oportunidad de superar nuestras inquietudes, sonreír y descubrir el reflejo de uno mismo en los demás.
Más allá de nuestra preparación pre-jornada, será de especial relevancia la actitud que tengamos con colegas, subordinados, colaboradores…, en definitiva, con el capital humano de la organización, desde que entramos por la puerta y que marcará el ambiente que perseguimos durante el día.
Obtienes exactamente lo que estás sintiendo
Saludar con una sonrisa, parar un momento a preguntar a la secretaria por lo más cotidiano pero tan importante para ella, invertir diez minutos en la mañana para salir a tomar un café con compañeros y charlar sobre el programa que visteis ayer en la tele…, son pequeñas pero trascendentales terapias que permiten desconectar unos minutos de las responsabilidades profesionales, generan un estado de ánimo positivo y permiten retomar de forma más llevadera y activa las tareas diarias para realizarlas con un estrés positivo y estimulante.
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