En los últimos años hemos visto nuevas prácticas, nuevos sistemas de organización y gestión, nuevos tipos de organigramas y toda una serie de cambios importantes en las grandes compañías, las empresas multinacionales y las grandes corporaciones que buscan la satisfacción de sus empleados y su bienestar para incrementar la producción, mejorar la calidad y las relaciones dentro del ambiente de trabajo y convertirse de esta forma en una organización corporativa efectiva y eficiente. Y donde más novedades y prácticas de este tipo vemos es en las empresas de tecnología, en las que empiezan a implementar métodos y practicas como incluir en la misma empresa un gimnasio para los empleados, favorecer el ejercicio físico y el deporte, dotar a los empleados de clases de yoga o relajación e invitarles a viajes y retiros centrados en el descanso. Y es que está demostrado que un equipo de trabajo y unos empleados que están relajados y que cuentan con una buena salud física o hacen ejercicio son más felices. De esta manera, también son más productivos, lo que beneficia a la empresa.
Uno de los métodos o las nuevas prácticas que están beneficiando en calidad de personal a las empresas es el conocido como mindfullness. Pero ¿qué es exactamente y en qué puede beneficiar a una empresa y a sus empleados? Veámoslo a continuación en profundidad, comenzando por la descripción y la definición de esta práctica y este concepto que a priori puede parecernos algo extraño.
¿Qué es el mindfullness?
El mindullness es una práctica tan completa y profunda que puede considerarse toda una filosofía de vida y un modo de enfocarse en el día a día. Una práctica que incluye la meditación y una serie de técnicas de relajación, que llevan a la calma y el bienestar de la persona que lo practica y que conlleva toda una serie de beneficios y ventajas para el trabajo, la vida y las relaciones sociales. Y es que la meditación y el mindfullness es muy beneficioso. Mientras que la meditación es una actividad que busca la armonía y la tranquilidad, centrando la atención en un sentimiento o una emoción y liberando a la mente del agobio y el estrés, o la energía negativa, el mindfullness va mucho más allá, partiendo de la base de la meditación y de las técnicas de relajación que ya hemos mencionado.
El mindfullness, con sus diferentes versiones y corrientes, puede ser un tipo de meditación y una práctica que se orienta no solo a la relajación, sino a la salud a nivel física y mental, buscando los efectos de la meditación tradicional y aportando ciertos beneficios a la persona. Por ello, generalmente el mindfullness y las prácticas que se realizan para con ese ejercicio van dirigidas a mejorar la calidad de vida de las personas, sin incluir hoy día un factor religioso ni filosófico concreto, aunque en el pasado y en ciertas corrientes aún lo lleve. Es decir, que cualquiera independientemente de sus creencias, su religión y su filosofía puede practicar mindfullness y beneficiarse de ello sin que conlleve un cambio de religión ni una modificación de la misma, ya que en este caso se toma como una serie de ejercicios destinados al bienestar físico y mental y no a la práctica de una religión ni una serie de creencias teológicas o filosóficas.
Objetivo, duración y lugar donde practicar minfullness
Entonces, el mindfullness tiene un objetivo claro que es relajar la conciencia y conectar más a fondo con nuestro interior y nuestra mente, nuestras sensaciones y nuestros sentimientos, así como los pensamientos que podamos tener. De alguna forma, esta meditación divide a la persona de sus pensamientos, para poder actuar sobre ellos y comprenderlos de una forma diferente, limpiando un poco al individuo y ayudándole a relajarse. Es una actividad que se puede practicar en periodos de tiempo muy diferentes, por ejemplo, uno de los más recomendados y básicos, es de media hora al día, que trae muchos beneficios para el individuo que lo practica. Eso sí, al principio, en las primeras prácticas es más recomendado empezar con periodos de entre diez y quince minutos, para ir adaptándose y comprendiendo bien la esencia de la meditación y de la práctica de mindfullness.
En cuanto a la zona en la que debe practicarse es indiferente, siempre y cuando cuente con una serie de elementos o factores que ayuden a la relajación y la concentración. Por ello, será imprescindible que sea una zona o una sala libre de ruidos, en la que no puedan interrumpir a las personas que están meditando y que no cuenta con una temperatura excesivamente alta ni baja. Y es que al fin y al cabo lo necesario también es que el sujeto se sienta cómodo y pueda relajarse sin tener que estar pendiente de elementos como la calefacción o el ruido, que imposibilitarían la práctica.
Por supuesto, teléfonos móviles, alarmas y otros elementos que puedan interrumpir estarían prohibidos durante la práctica, por lo que habrá que dejarlos en silencio para así evitar que causen problemas o impidan la meditación y la relajación. En muchas prácticas, para favorecer los ejercicios acompañan la sesión de mindfullness con música relajante. Y como último consejos para quienes vayan a practicarlo, lo más recomendable es quitarse los zapatos y llevar ropa cómoda que no apriete ni moleste. En definitiva, todo lo que distraiga o moleste debe dejarse fuera del ejercicio, favoreciendo la concentración, la relajación y la meditación.
Y ahora sí, pasamos al punto importante que muchos se preguntan con respecto al mindfullness y a la meditación: ¿de qué sirve? ¿Para qué querría una empresa implementar esta práctica con respecto a sus trabajadores y empleados? Responderemos a esta duda a continuación.
¿Qué beneficios tiene para la empresa?
Empresas como Apple, Google, Procter And Gamble, Repsol, Maohu-San Miguel y muchas más ya han puesto en práctica el mindfullness y lo han llevado al terreno de su empresa, comprometidos con este ejercicio para favorecer a sus empleados y beneficiarse de todo lo que supone, tanto a nivel personal de cada individuo que lo practica como a nivel corporativo, con respecto a la compañía y la empresa, su productividad y sus resultados creativos y prácticos. Y es que, antes de nombrar los beneficios, es importante que tengamos en cuenta un dato: La práctica de mindfullness y sus beneficios no solo va enfocada a los altos cargos o directivos. Todos los empleados, desde los trabajadores hasta los directivos pueden practicar este tipo de meditación y beneficiarse de ello, ayudando así a la empresa y favoreciendo una serie de ventajas, que son las siguientes.
En primer lugar, la práctica de mindfullness ayuda a desarrollar la amabilidad y la conexión para conocerse y tratarse mejor a uno mismo, mejorando a su vez la conexión hacia los compañeros de trabajo, compañeros del equipo de proyecto y el resto de la plantilla de la empresa. Se aprende con esta meditación a prestar más atención, ya que ayuda a la concentración de los empleados. Está demostrado que solo con dedicar un minuto a relajarse y respirar de forma pausada y concentrada se puede incrementar la concentración y la productividad. Si eso se consigue en uno o dos minutos, tras una sesión de 20 o 30 minutos de mindfullness puede lograrse mucho más y de forma más efectiva y segura.
Aumenta, como ya hemos comentado en los apartados superiores, la productividad de los empleados y por tanto la de la empresa, ayuda a priorizar tareas y gestionar los cambios, así como la incertidumbre y los problemas que puedan ocurrir en los proyectos creativos o prácticos, reduciendo la frustración y el cansancio en los empleados. Incrementa de una forma muy directa la satisfacción del empleado, y por tanto también su motivación para con el trabajo y su felicidad. Ayuda a trabajar en momentos de tensión y momentos duros que a priori pueden resultar muy molestos y complicados para los empleados. Dota a quienes la practican de una claridad mental y un enfoque selectivo mucho mayor, ayudando a estar más pendiente de ciertos elementos, concentrándose mejor y aportando una mejor habilidad para escuchar a los demás y tratar mejor con ellos, favoreciendo las relaciones de compañerismo dentro de la empresa y los diferentes departamentos con los que esta cuenta.
Por último, debemos comentar que también ayuda a crear un mejor clima en la oficina o la empresa, lo que favorecerá la creatividad y por tanto la innovación, que es algo que muchas compañías y marcas buscan como si fuera el santo grial y que no tienen muy claro cómo lograrlo, pero que con el mindfullness pueden obtener de forma más fácil. Y así, a niveles generales, mejora a la empresa, su ambiente, sus empleados y su productividad. Y si mejora todo el conjunto, será algo que se vuelva notable en los resultados, los productos, los servicios y, más adelante, en los consumidores y clientes, que estarán más satisfechos y contentos con la marca y con la empresa.
¿Merece la pena formación de Mindfullness en la empresa?
Tras analizar esta serie de beneficios y ver todo lo que puede suponer esta práctica, la respuesta es clara: Sí, merece la pena y por ello es algo que muchas empresas, como ya hemos mencionado (Google, Repsol, PyG…), ya han implementado y de lo que se benefician día a día. Lo más importante a la hora de plantearlo y tratar de llevarlo al terreno de la empresa es que se informe bien a los empleados, que no se convierta en algo obligatorio ni tedioso para ellos, ya que si se hace por obligación puede ser contraproducente. Lo ideal es que lo practiquen quienes lo deseen y que puedan introducirse poco a poco y de forma guiada, para que se adapten mejor y comprueben por ellos mismos cómo les hace sentirse mejor y estar más relajados, concentrados y felices.
Por otro lado, es importante que se cuente con un experto y un profesional en la materia que sea quien instruya las sesiones y las prácticas. Hoy en día existen toda una serie de profesionales en mindfullness que se pueden contratar para ello y que lograrán buenos resultados con nuestros empleados y compañeros de trabajo.
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