¿Cómo se gestiona el patrimonio de clientes en banca privada?
Para comprender los modos en que se gestionan el patrimonio de los clientes en la banca privada antes resulta imprescindible aclarar cual es el significado correcto del término “banca privada” el cual, ha evolucionado con el tiempo y en la actualidad no se corresponde con lo que aparentemente nos indica.
Cuando empleamos los términos “público” o “privado”, generalmente nos estamos refiriendo a la titularidad de aquello a lo que hacemos mención sin embargo, en este caso no es así.
Hasta la primera mitad de la década de los años noventa, en España se distinguía entre banca pública y banca privada en base a su titularidad de tal forma que la primera correspondía al Estado mientras que los propietarios de la segunda eran sus accionistas. Pero con el paso de los años, la expresión “banca privada” ha evolucionado hasta hacer referencia a un modelo de negocio bancario.
Así en la actualidad, entendemos por banca privada aquel sector de la banca que está especializado en gestionar los servicios y las inversiones bancarios de clientes que presentan un elevado nivel patrimonial.
Cada banco o entidad financiera establece determinados requisitos patrimoniales que permitirán a un cliente ser incluido, o no, en el segmento de la banca privada. Los criterios son muy diferentes entre entidades, no existiendo un importe mínimos; además, algunas sólo tienen en cuenta el patrimonio financiero mientras que otras también consideran los activos empresariales e inmobiliarios de los que el cliente ostenta la titularidad.
Estos servicios de banca privada para la gestión del patrimonio de ciertos clientes se efectúa a través de la figura del gestor personal especializado, cuyo objetivo fundamental consiste en planificar y gestionar el patrimonio del cliente con el fin último de dejar cubiertas todas sus necesidades financieras mediante el asesoramiento en materia de inversiones, fiscalidad, financiación, etcétera.